Investigaciones que se llevan a cabo en Australia, han logrado desarrollar una espina dorsal biónica que devolvería la posibilidad de caminar a los pacientes con parálisis utilizando el subconsciente.
El dispositivo controlado por la mente comenzará la fase de prueba en seres humanos el año próximo en el hospital Royal Melbourne de Victoria.
El mecanismo que tiene 3 centímetros de largo y milímetros de ancho se implantará en un vaso sanguíneo cercano al cerebro y será capaz de leer las señales eléctricas del cerebro y enviarlas a un exoesqueleto, unos miembros biónicos o una silla de ruedas, con el fin de proporcionar a los pacientes parapléjicos o tetrapléjicos mayor movilidad.
Se trata de un pequeño stent metálico, conocido como “stentrodo” y denominado “espina dorsal” por sus creadores debido a su función.
Ya ha superado exitosamente las pruebas en animales y el próximo año cuando se comience a probar en humanos, se prevé su implantación en tres pacientes del hospital Royal Melbourne de Victoria.
El procedimiento
Con ese propósito, se les realizará una pequeña incisión en la parte posterior del cuello, se introducirá el dispositivo en los vasos sanguíneos que van al cerebro y se guiará con un catéter hasta depositarlo sobre la corteza motora, la parte del cerebro donde se originan los impulsos nerviosos que inician los movimientos musculares voluntarios.
El dispositivo metálico es elástico y está diseñado para que se pueda doblar y comprimir mientras lo guían con un diminuto catéter a través de las venas. Se consiguió crear un diseño flexible, biocompatible y lo suficientemente pequeño como para que pueda desplazarse por un vaso sanguíneo de un milímetro de espesor.
Una vez que esté ubicado sobre la corteza motora, se libera el estentrodo, que se expande y queda fijado contra las paredes del vaso sanguíneo y luego se retira el catéter.
Tomado de:
República