Las nanopartículas de óxido de hierro aplicadas a unos dientes antes del tratamiento con peróxido de hidrógeno redujeron de forma efectiva la aparición y la gravedad de la caries en ratas (mostrada con flechas rojas). (Imagen: University of Pennsylvania)

Las nanopartículas de óxido de hierro aplicadas a unos dientes antes del tratamiento con peróxido de hidrógeno redujeron de forma efectiva la aparición y la gravedad de la caries en ratas (mostrada con flechas rojas). (Imagen: University of Pennsylvania)

Las bacterias que viven en la placa dental y que ayudan a la aparición de la caries resisten a menudo los tratamientos antimicrobianos tradicionales, ya que pueden refugiarse dentro de su «búnker», una biopelícula polimérica pegajosa.

Unos investigadores de la Universidad de Pensilvania en Estados Unidos han ideado una nueva estrategia que adopta un enfoque más sofisticado que el de esos tratamientos antimicrobianos tradicionales. En vez de aplicar simplemente un antibiótico a los dientes, se aprovechan de ciertas nanopartículas que contienen hierro. Estas nanopartículas poseen propiedades parecidas a las de algunas enzimas y son también sensibles al pH. Valiéndose de estas nanopartículas, los investigadores han logrado catalizar la actividad del peróxido de hidrógeno, un antiséptico de uso común. En las pruebas, el peróxido de hidrógeno activado produjo radicales libres que pudieron simultáneamente degradar la biopelícula y matar las bacterias en su interior, reduciendo notablemente la placa y previniendo la caries en un modelo animal.

Incluso usando una concentración muy baja de peróxido de hidrógeno, el proceso desarrollado y probado por el equipo de Hyun (Michel) Koo y Lizeng Gao fue increíblemente efectivo a la hora de alterar la biopelícula. Añadir nanopartículas incrementó en 5.000 veces la eficiencia antibacteriana con respecto a la forma convencional de administración.

Esta línea de investigación y desarrollo se inició con un hallazgo fundamental de Gao y sus colegas hace varios años. En aquel entonces, se demostró que las nanopartículas estudiadas, a las que desde mucho tiempo atrás se consideraba biológica y químicamente inertes, podían en realidad poseer propiedades parecidas a las de algunas enzimas. En aquel estudio, Gao mostró que una nanopartícula de óxido de hierro se comportaba de manera similar a una peroxidasa, una enzima natural que cataliza reacciones oxidativas, a menudo mediante peróxido de hidrógeno.

La nueva técnica es muy prometedora, aunque todavía falta validar en estudios clínicos que no resulta excesivamente tóxica y que es lo bastante eficiente para usos prácticos fuera del laboratorio.

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